jueves, 24 de junio de 2010

CARTA A ALFREDO ZAIAT

Estimado Alfredo Zaiat,

Mi nombre es Diego Palacios y soy investigador del INTA, pertenezco al área de agricultura familiar y quisiera poder señalar algunas objeciones con respecto a tu nota de Opinión del domingo 21 de marzo, “Mercado Interno”. En la misma resaltas que “en un área tan sensible como la de alimentos, el Estado tiene un papel central e insustituible para asegurar, como prioridad, el abastecimiento del mercado interno a precios que no excluya a la mayoría” demás está en decirte que estamos de acuerdo, y seguramente estamos parados del mismo lado del mostrador en la materia. Pero leo entre líneas una injustificada crítica de todas las que se le pueden hacer a este gobierno sobre todo cuando decís, “En ese contexto se requiere de un estado activo en definir reglas de juego para alentar la expansión de una producción equilibrada, esto significa…” y rematas a “de todos modos se requiere una política de precios más sofisticada que los rudimentarios acuerdos con las grandes empresas proveedoras de alimentos definidos por Moreno, que en la práctica son inofensivos” como somos compañeros y yo soy un investigador de temas agropecuarios y vos sos un muy buen comunicador de Radio y Diarios, me interesa aportar algunas precisiones y datos en pos de nuestra causa común.
El origen del aumentos descontrolado del precio de la carne a nuestro punto de vista podría situarse durante la gestión de Campos en Agricultura cuando fijose el peso mínimo de faena de 230 a 320 en los inicios del K, esto provocó en la cadena de la carne que el primer eslabón perdiera el negocio del famoso novillito bolita[1], que no era otra cosa que un ternero gordito listo para faena con 270 kilos. Este que en un primer momento se podía vender directo a frigorífico o matarife, cosa que después paso a tener que ser vendido a invernador si quedase alguno o Feed-loot quienes irrumpen en la cadena ganando los bajos precios de los novillos de por entonces. Los antiguos invernadores (de CARBAP, CRA Y SRA) fueron pasaron a la soja hasta por el entonces 2007-2008 esta alcanzaba los mayores valores históricos 18 millones de ha. sembrados con un solo cultivo, que hizo el invernador pasó a soja, que hizo el criador achicó el plantel e hizo soja. El 2008/9 que fue de las mayores sequía registradas de los últimos 50 años, los mejores campos fueron sembrados con soja y los marginales fueron usados para cría y engorde con una sobrecarga animal insostenible. Los animales se morían o se vendía, vacas y terneros.
 A mi entender la política de precios con respecto a los alimentos fracasó junto con la derogación de la 125, por el hecho de que la superficie destinada a la producción de alimentos tiene las mismas características que las destinadas a la agro exportación de materias primas principalmente soja cuyo destino es la exportación en un 95% principalmente como poroto y después como aceite, harina y pellet, cadena integrada a las corporaciones privadas transnacionales (Cárgil, Dreyfus, Monsanto, Nidera, Molinos, Coninagro) encadenada a las corporaciones sojeras socias de la mesa de enlace.  O sea que donde antes se hacía pastura para carne y leche, trigo y batata entre muchas otras ahora se hace soja, dato empíricamente comprobado y comentado por el gigantesco empresario de la carne Samíd a radio Continental. Como podrás observar en el cuadro de elaboración propia en base a los censos agropecuarios y a estimaciones del Ministerio de Agricultura[2],  donde el problema radica principalmente en tomarse el trabajo de reunir los datos, ordenarlos y ayudar a interpretarlos.





[1] Información de Sebastián C.  Ministerio de  Agricultura.
[2] Datos de los censos 1974, 1988, 2002 y estimaciones agrícolas MAGPyA para el 2007.



Como observaras es más que significativo el retroceso de los cultivos que compones la canasta básica con los agro exportables. Ahora si le sumamos el aumento en la exportación de carnes, frutas, lácteos y demás alimentos en constante aumento producto del lobby de los ganadores de las ultimas legislativas (las corporaciones agro exportadoras); el aumento del ingreso de la clase media pero sobre todo el de la población indigente (producto de la asignación universal por hijo) y demás subsidios del estado por su distintas secretarías e institutos autárquicos (M. de Desarrollo, INTA, INTI, M. de Trabajo, etc.) la demanda supera la oferta, y por lo tanto según Adams Smith sube el precio. Si el estado regulador se debilita será el mercado el que finalmente fije el precio.

MORENO: Pareciera ser que no es un tipo muy simpático según los principales diarios, pero el bloqueo que ordenó a la exportación de carne obliga a aumentar la oferta y a marcarle la cancha a quienes les interesa exportar antes que abastecer el mercado interno (como dice un amigo esto es por plata). Los ganaderos que liquidaron vientres (vacas) o sea la fábrica de terneros, sembraron soja a sabiendas que faltaría o dicho de otra forma la carne aumentaría, ¿A quién pensas que le gustaría hacer pagar el costo político de esta jugada?. Ellos (las corporaciones sojeras) ya tienen diputados y senadores propios que hacía más de 60 años que no tenían!!!! Y todo el arco opositor al pie desde Pino hasta Pinedo. El chivo expiatorio del multimedio Clarín es Moreno (primero en semáforos rojos) el más fácil de pegarle por sus atributos y defectos. La presidenta se mostró en dos actos públicos recientes con él bancando su apoyo, su caída sería la caía de la imagen del gobierno en su conjunto.
Cordialmente
DP

Gea-125.blogspot.com


martes, 15 de junio de 2010

EL CAMPO INVISIBLE - FORO NACIONAL DE AGRICULTURA FAMILIAR




Reproducimos una entrevista publicada en Revista23 hecha a Miriam Bruno, coordinadora nacional del Foro Nacional de Agricultura Familiar (Fonaf).



26-03-2009 / Es la cara oculta del conflicto chacarero. El Fonaf agrupa a 180 mil pequeños productores, pero no integra la Mesa de Enlace. Sus críticas a la Federación Agraria, la “derrota” de la 125 y las deudas del Gobierno: “Necesitamos una reforma agraria en serio”, dicen.

Por Franco Mizrahi

"Nosotros somos más del 50 por ciento del campo, el campo que no se ve, el que no se considera, el que produce en el 13 por ciento de la tierra del país y al que la Mesa de Enlace no representa”, afirma con vehemencia Miriam Bruno, coordinadora nacional del Foro Nacional de Agricultura Familiar (Fonaf). Según los números que maneja la organización, de los 250 mil pequeños productores del país –que según el censo del 2002 son el 80 por ciento de los emprendimientos agropecuarios de la Argentina–, 180 mil están ligados directa o indirectamente con este foro a través de 1.200 organizaciones distribuidas en 21 provincias. Ellos son la carne de cañón de este conflicto que mantiene en vilo al país hace un año. Todos dicen representarlos pero, según denuncian, en la práctica ninguno lo hace. Por eso se postulan como una mesa de diálogo alternativa.

Son, dicen, el campo invisible. Nancy Rodríguez tiene 31 años, es delegada del Fonaf por la mesa nacional de Catamarca y forma parte de una cooperativa de artesanos integrada por once familias: “Hay una familia que tiene seis hectáreas y nos provee de material. Plantamos maíz y zapallo plomo. Producimos para el mercado y para autoconsumo. En total somos 32 adultos y cinco niños de entre 5 y 6 años”. Entre ellas esta su hija, Rocío, que la ayuda con las artesanías en estas tierras que están veinte kilómetros al sur de Santa María. “Nuestro ingreso mensual es de 500 a 600 pesos por familia, está todo muy duro. Pero no estoy de acuerdo con la Mesa de Enlace. El año pasado apoyamos a la Federación Agraria, fuimos a cortar las calles en apoyo a las retenciones segmentadas. Después nos dimos cuenta de que la FAA defiende al pequeño, pero que produce de mil hectáreas para arriba. Y nosotros estamos lejísimo de eso”, explica.

“El agricultor familiar –según Bruno– es aquel que produce con la familia, en un ámbito que cuida el medio ambiente, con una producción diversa y cuyo ingreso proviene de sus tierras. Es una forma de vida. Esta concepción es tan abarcativa que contempla a quienes producen para subsistir y a los que tienen hasta tres empleados y producen por mes el equivalente a 14 canastas básicas.”

El Fonaf nació en el 2004 como espacio de encuentro de organizaciones. Fue a través de una propuesta de la Cancillería que quería reunirlas para definir políticas para la agricultura familiar en el marco del Mercosur. Hoy funciona como órgano impulsor de políticas para el sector, en cogestión con el Estado que aporta, según la coordinadora, unos 300 mil pesos para que pueda desarrollarse. El Foro se adjudica como un triunfo la creación de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar.

La mayoría de los agricultores familiares recibe ayuda estatal, que varía según la categorización en la que se encuentre: van desde subsidios hasta créditos con tasas bajas. “Es muy difícil la convivencia de estos dos mundos”, agrega la coordinadora nacional del Fonaf. Dentro de esta definición genérica se encuentran incluidos pequeños productores, minifundistas, campesinos, chacareros, colonos, medieros y productores familiares. Una multitud a la que, hasta ahora, se la mantenía alejada del foco del conflicto chacarero.

“Se habla del campo, de los pequeños productores, pero nadie nos consulta. Lo ilógico es que somos enunciados en los dos lados pero nosotros tenemos presencia propia, no necesitamos intermediarios. Le dijimos a Eduardo Buzzi cuando empezó el conflicto que la agricultura familiar debía ser enunciada y nombrada por nosotros y no por aquellos que dicen que nos representan. Lo mismo le hicimos saber a Débora Giorgi”, explica Bruno.

–¿Quieren ser una alternativa a la Mesa de Enlace?

–No queremos ser. Somos la alternativa. El “campo” del que se habla en los medios es el de la lógica de la explotación y sojización. Se siguen defendiendo los derechos de los grandes. Se les quieren reducir las retenciones a los grandes que fueron los primeros en recibir la ayuda por la emergencia agropecuaria. Para la Mesa de Enlace nosotros somos el chiquitaje, necesario para que cuando se corte la ruta podamos llevar a los compañeros. Pero no somos importantes para definir las políticas, para eso tienen que estar los grandes señores.

–¿Están a favor de las retenciones segmentadas?

–Sí, sin ninguna duda. No estamos de acuerdo con las retenciones cero para todos. Queremos varios cambios en el país: la reforma agraria –que no vendrá pronto– y otro modelo de producción y de comercialización.

–¿Y cuál es su relación con el Gobierno?

–Construimos herramientas juntos. La respuesta a la pobreza la tenemos los que la padecemos. Pero no somos partidarios. Queremos que nos respeten. Y eso también lo tiene que entender el Gobierno.

–¿Por qué?

–Veníamos avanzando en la Secretaría de Agricultura, pero con la apertura del Ministerio de Producción los recursos deben pasar por otro estamento. Creemos que debe existir ese ministerio, pero nosotros deberíamos pasar de subsecretaría a secretaría. Si bien tuvimos reuniones con los asesores de Giorgi, nunca nos reunimos con ella. Nosotros les planteamos: si se juntan con el campo, ¿por qué no estamos nosotros?

Marcelo Ibáñez (40) hace décadas que trabaja la tierra. Es catamarqueño, reside en el departamento de Santa Rosa, en Alijilán. Dejó la producción tabacalera para probar suerte con la vitícola y con las hortalizas. Tiene nueve hectáreas que trabaja con su esposa y con un empleado, hace cinco años. “Esto va a empezar a dar ingresos recién dentro de cinco años más. Yo trato de sobrevivir con las hortalizas y un sueldo que cobro por trabajar en el Ministerio de Educación provincial”, cuenta. En cuanto a la propuesta que le hizo el Gobierno a la Mesa de Enlace tiempo atrás, afirmó: “No entiendo por qué no la aceptaron. Estoy de acuerdo con las retenciones móviles segmentadas. Al pequeño productor le convienen”.

El conflicto de la Fonaf con la Federación Agraria tiene larga data. El mismo Foro nació en el 2004 como una iniciativa de la FAA y hasta el día de hoy tiene miembros de esa organización en la comisión ejecutiva. Pero el vínculo se resquebrajó cuando comenzó el conflicto por la resolución 125. Hasta entonces el Fonaf tenía sus oficinas en la sede de FAA. Ahora atiende en la CTA. “En algún momento iba a llegar esta división”, explica la coordinadora nacional. Y agrega: “El viraje de la FAA hacia la Mesa de Enlace fue por la presión de la región pampeana, donde está el eje fuerte de la Federación. Quieren ser un grande. Ellos querían federar a todo el que se sumara al Foro, es decir que todo sea FAA. Nosotros pudimos resistirlo, consideramos que ese no era el camino. En el Foro construimos políticas y no afiliados”.

Según el documento del Fonaf, que realizó junto al Estado entre mayo de 2006 y octubre de 2008, la producción por hectárea es 53 por ciento mayor en el promedio de los pequeños productores que en los que no lo son, y su valor bruto estimado de producción representa el 19,2 por ciento del valor generado por el total de las explotaciones agropecuarias.

Entre estas productoras se encuentra Josefa Ortega, delegada de la mesa ejecutiva por el NOA,
jujeña y federada. Su situación es una clara muestra de las pujas internas que se dan en el seno de la FAA: se siente representada por su organización y por Eduardo Buzzi, pero no por la Mesa de Enlace, “amén de que nuestra organización esté ahí. Queremos que se diferencie el conflicto del NOA de las problemáticas que tienen en la zona pampeana. El conflicto no nos toca en cuanto a los agronegocios”, explica.

Ortega vive en el departamento Tumbacya, de la localidad de La Dársena, junto a cien familias que trabajan en una extensión de ocho kilómetros a la vera de la ruta, donde tienen entre una y diez hectáreas. “Producimos yacón y frutas variadas a las que les damos valor agregado: dulces y jaleas. También tenemos producción de ganado vacuno y caprino”, explica Ortega. Como los medios de transporte son muy caros, vende lo que puede. Anualmente junta de 3.000 a 3.500 pesos. “Vendemos en función de lo que necesitamos. Nuestro día comienza cuando aclara y culmina cuando oscurece. La lucha que tenemos en el interior es diferente a la de la pampa húmeda. Aquí peleamos por la tierra”, explica.

Por su parte, Osvaldo Arano (51) arrienda 200 hectáreas de tierra en la Pampa de Olaen, en Córdoba. Son 30 mil hectáreas administradas por el gobierno provincial. Todo lo recaudado va a obras de beneficencia. “Estoy pagando 8 kilos la hectárea –explica–. En este lugar hay un animal cada 6 o 7 hectáreas. Ahora estoy plantando hortalizas para vender. Estoy sobreviviendo en el campo.” Arano es otro desencantado de la FAA: “Yo estuve afiliado a Federación hasta que comenzó el conflicto por la 125. A mí me perjudicó y a algunos directores no les gustó lo que les decía. No me veo identificado con la Mesa de Enlace ni con la FAA. Nunca han ido a favor del pequeño productor, siempre a favor del medio para arriba. Ojo, tampoco me siento una fuerza de choque del Gobierno. Yo voy a estar con el que defienda la agricultura familiar”.

En la misma sintonía, Bruno agrega: “La FAA defiende en su mayoría a los ‘pequeños productores’ que tienen mil hectáreas. Ni Alfredo De Ángeli es pequeño productor. No se asemeja ni un poco”.

–¿Cómo analiza la postura de la oposición, que se muestra cerca de los reclamos del campo?

–Que no entiende nada de este sector. Ellos reconocen que el campo es la Mesa de Enlace. En este conflicto hubo mucha plata de parte de la oposición. Los piqueteros estuvieron no más de una semana en las rutas porque no había plata que sostuviera esa movida. En este caso van a poder estar cortadas por mucho tiempo porque la plata siempre aparece. Cada corte implica mínimo mil pesos de sostenimiento, de comida y logística. No es barato hacer un corte. Son otros intereses económicos a los que les interesa hacer el corte. Y no los intereses de que haya una verdadera política agropecuaria.

–¿Cree que hay un ánimo destituyente?

–A esta altura, creo que sí. Cuando se pide por la soja, la Mesa de Enlace pide por los pequeños y medianos productores. Pero cuando se negocian medidas para ellos, como fueron las retenciones móviles segmentadas, no se aceptó. Ni una ni la otra cosa conseguimos. Lo que se festejó, nosotros los pequeños lo sufrimos.

lunes, 14 de junio de 2010

DEBATE EN TORNO AL PRECIO DE LA CARNE

EL domingo 14 de febrero de 2010 el viejo empresario de la carne Samid, dueño entre otras cosas de la cadena de carnicerías “La Lonja” realizó declaraciones ante el locutor y artista Diego Corbalán de radio “América”. Contestando a la pregunta sobre cuales eran los motivos de la importante suba de la carne sufrida por la población de mayor consumo de carne por habitante del mundo. El empresario lo resumió en tres palabras “por la soja”, -¿Por que?- le pregunto el aminador radial, -“por que las húmedas y fértiles tierras que hace veinte o quince años estaban ocupadas por vacas hoy tienen en su amplia mayoría SOJA”.

avias palabras las del empresario que supo construir una de las empresas de capitales nacionales más importantes del país, hoy desplazado por los grupos sojeros. Lo cierto es que el “Grupo de Estudios Agropecuarios 125” también se los había anticipado a nuestra nostálgica e inconformista clase media. La derogación de la resolución 125 de retenciones móviles dio luz verde para que viejos chacareros pampeanos hoy devenidos en pequeños y medianos empresarios enrolados en la FAA, CRA y CONINAGRO; junto a la vieja oligarquía vacuna de la sociedad rural y empresas de capital transnacional (CARGIL, MONSANTO, DREYFUS) jugaran a la fija ganadora: “sembrar soja”.



¿Por que era tan importante para ellos derogar las retenciones móviles?
Porque la rentabilidad era superior a todos los demás cultivos incluyendo la cría y engorde vacuna. Esto les permitiría tener un ingreso superior incluso al de otras actividades económicas como la industria, los servicios y las finanzas. La producción de soja apenas requiere de contratación de personal permanente ya que se contratan todos los servicios por terceros, solo hay que tener la tierra y el capital para comprar la tecnología asociada al cultivo transgénico.

¿Y que les pasó a las vacas?
Fueron mandadas al matadero y sembrados sus campos con soja!. Según datos del SENASA actualizados hasta el 2009 informa que durante el período 2008 al 2009 la disminución de ganado bovino alcanzó los tres millones de cabezas en solo un año. Informa además que alrededor de un tercio de estos 1.226.889 corresponden a vacas o vientres desde un punto de vista productivo, ya que son las vacas las que pueden producir terneros y estos los que finalmente se convierten en novillos de consumo, o sea que los amigos del “campo” que acompañaron a pura cacerola el desabastecimiento pagando hasta tres veces el valor de los alimentos, pagaron el favor de las movilizaciones de Palermo y Rosario con la liquidación de las fabricas de terneros (vacas) a cambio de soja provocando la caida del stock y la suba de precios, ¿lo sabía?. Como puede verse en el mapa de la Argentina en colores, las tonalidades en azul-turquesa corresponde a los departamentos con disminuciones de ganado y las tonalidades del rojo a los que aumentó la población vacuna, pero en su conjunto el saldo es negativo. Es importante aclarar que la mayor productividad se encuentra en la región pampeana y las provincias del litoral disminuyendo a medida que disminuye las precipitaciones hacia el sur, norte y el oeste.